Flightless bird.

Él siempre quiso tener una vida independiente, lujosa, como la de un príncipe. Quería hacer lo que su corazón le decía, ir adonde el viento lo llevara. Pero no podía negar un hecho concreto, la única restricción a todos sus deseos, él era como un pájaro no volador.

Él podía ver a los demás volando muy alto, contentos, tocando el cielo. Pero nunca pudo llegar a unirse a ellos. Los veía, los envidiaba y lloraba. ¿Qué más podía hacer? Era sólo un pájaro no volador.

Tenía millones de deseos, metas no concretadas, algunos serios, otros infantiles, pero era inútil desear lo imposible. Vio a los demás consiguiendo cosas que ni siquiera necesitaban, los vio desinteresados en cosas que él soñaba. ¿Qué más podía hacer? Era sólo un pájaro no volador.

Él podía caminar difícilmente una legua, mientras los demás iban decenas de kilómetros, dando vueltas y vueltas en el cielo. Los vio y sintió lástima por su fortuna. ¿Qué más podía hacer? Él era sólo un pájaro no volador.

En medio de toda la tristeza, envidia y deseos, vio que no estaba solo. Había otros como él, que vivían felices tales como eran. La naturaleza lo eligió para ser como era y así fue cómo se suponía que debía ser. Finalmente, dio a conocer este secreto, a fin de mantenerse feliz, porque uno tiene que ser como es y aceptarse como tal.

Y estaba contento, era un pájaro que no volaba.