Pride & Prejudice
El amor nos hace ciegos, sordos, mudos.
Esto es fascinante, ver sólo a esa persona como un ente completamente perfecto, sin defecto alguno. Un ser capaz de inspirarte las veinticuatro horas del día si es necesario; alguien que se convierte en la mayor parte de tu vida, pensamientos, dichos y conocimientos. Sabes todo y a la vez nada de aquél ser que, aparentemente apareció para encandilar tu vida con su maravillosa y acogedora luz.
Tal vez, puedas llegar a quedarte viendo la mismísima nada y ver su rostro en todos lados, esperas que sea así, ya que estás totalmente ansiosa por verlo, hablarle, y viceversa con la dulzura más encantadora que hubo jamás; con las palabras más bellas jamás utilizadas, para describir el asombroso paisaje que puede contemplarse en sus ojos.
Sentirse con la mayor dicha es altamente satisfactorio.
Cuando nos enamoramos, vivimos en una nube, que creemos que no se acabará jamás (o al menos esperamos que así sea).
Pero enamorarse también tiene ciertas cosas en contra.
El amor nos hace prejuiciosos, egoístas, resentidos y orgullosos. Nos hace pensar sólo en nosotros, tal vez en la otra persona, pero a escondidas, en silencio, sin que nadie se entere, porque si eso pasa podríamos caernos profundamente en un abismo del cual no podríamos levantarnos jamás.
Si esa persona no es correspondida, vivimos en un infierno diario, del cual desearíamos poder escapar algún día, aunque sabemos que eso no es posible, debido a que nos haría demasiado daño el hecho de alejarnos del ser amado. Porque aunque lo veamos demasiado distante, lejos de uno, la esperanza nunca se pierde.
La mente del ser humano es poderosa, y no deja descansar.
Si el amor es correspondido, pensamos, argumentamos mal ya que nuestra imaginación nos lleva más allá de los límites. Ingresamos en un delirio constante, pensando arrogantes cosas, como 'no me quiere', 'no me es correspondido', 'no lo merezco' y ahí es cuando nuestro ser egoísta despierta, desde algún rincón de nuestro cuerpo, mente y alma.
Allí es, entonces, cuando tratamos con todas nuestras fuerzas de evitar a esa persona, porque no nos quiere, tratamos de hacernos fuertes, aunque sepamos que no hay caso alguno para eso. Somos débiles cuando estamos enamorados, no podemos contra ese ser. Pero aún así, nos volvemos orgullosos.
Entonces pecamos, cometiendo el prejuicio total sobre el ser amado. No queremos saber absolutamente nada de él, criticamos, nos cegamos por completo. Afuera hay una niebla enorme que parece que nunca va a acabarse.
Pero cuando la tormenta acaba, y las nubes se corren, podemos ver todo con más claridad. Si esa persona está al lado del arcoiris de la vida, es porque es la correcta. Y después de tantas incoherencias, no deberíamos dejarlo ir, porque ése, sería el error más grande de nuestra vida.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
es egoísta porque dentro nuestro pasa.. porque cada uno encuentra la forma de describirlo.. cada uno sabe o lo define como lo siente.. por eso es egoísta.. nadie como uno sentirá de la misma forma..
ResponderEliminarla perfección? algo único... son espejismos.. lo único perfecto es el tiempo que no se equivoca ni un segundo en cuando deberían pasar las cosas..
lo otro es solo un anhelo.. y que hermoso anhelo no?...
a través de esta entrada se pueden pensar miles de cosas... la lucha de un amor y la balanza que se inclina de un lado o del otro.. depende de las cosas que pasen.. con ese ... amor..
beso (:
Me encanto tu entrada. En especial los últimos parrafos, me sentí identificada. Pero, lastimosamente, lo dejé ir. Y fue uno de los errores mas grandes de mi vida. Es hermoso el texto, te juro. Me gustó mucho.
ResponderEliminar¡Te sigo! Besos.